Por la M.Sc. María Rosa Ramírez Martínez (Rosemary)
Abordar el término de investigaciones culturales a partir de la inclusión de esta área disciplinar de enseñanza, investigación y actuación en el desarrollo local como uno de los principales aspectos para el progreso social de las diferentes comunidades, se interpreta como la defensa de la cultura, asumiendo esta como “una construcción colectiva que atraviesa el tiempo y la sociedad, fuente de cohesión social, hecho de capas interconectadas, privilegio excepcional de la especie humana, expresada en la lengua que hablamos, en las fórmulas de comunicación, en los modos de vida, ritos y costumbres, forjada en el pueblo y en la obra de los artistas, en un territorio de intercambio” (Pogolotti, 2014)
Suficiente para mirar desde la contemporaneidad al Desarrollo Local como un ámbito específico de actuación, donde las investigaciones culturales ocupan un papel determinante en el apoyo e impulso a este nuevo paradigma de desarrollo, al ubicar al hombre en el centro de este con el apoyo de los diferentes actores sociales, lo que constituye el punto de partida para garantizar el tránsito hacia una sociedad sostenible.
La articulación Cultura–Desarrollo Local es considerada un mecanismo fundamental para el logro de una transformación comunitaria que permite definir el concepto de comunidad desde esa perspectiva como el espacio de un territorio determinado que contempla a un grupo de personas con sentido de pertenencia, facilitando un escenario favorable para establecer el esperado equilibrio con las instituciones culturales, fundamentalmente los museos locales, desarrollando un diálogo con los pobladores al convertirse en gestores de su propia realidad, con el propósito de impulsar el desarrollo local.
Para poder lograr esta transformación comunitaria es necesario que los museos se pronuncien en realizar cambios en las prácticas profesionales, romper esquemas tradicionales, objeto- comunicación, mostrando las colecciones desde los aspectos museográficos como generadores de diálogos- preguntas y reflexión, al respecto en el año 2003 la Dra Martha Arjona Pérez afirmó “Muchas veces se insiste en el hombre en el pasado soslayando el pensamiento del hombre en el presente”.
Desde las particularidades de los diferentes contextos socioculturales, se pueden conformar múltiples iniciativas para identificar los hitos patrimoniales, conocer el inventario del patrimonio histórico e inmaterial local, así como la recogida del patrimonio arqueológico y la promoción de toponimia, que permiten el establecimiento de una adecuada evolución del territorio y de sus habitantes.
Para que la articulación sea fructífera tiene que estar sustentada en tres pilares fundamentales: la voluntad política, la técnica y la comunitaria.
En diferentes escenarios se ha analizado y debatido que la articulación cultura -ciencia – gobierno con su estructura, sostiene una línea discursiva bien definida, el impulso al desarrollo local.
Para tener una mayor visión de la importancia de esta fortaleza las reflexiones de la Dra. María Inmaculada Pastors Homs, profesora titular de la Universidad de las Islas Baleares, radicada en Palma de Mallorca, España, se adviene muy bien al contexto contemporáneo cubano.
“…el tradicional museo decimonónico, de carácter cerrado y elitista, no tiene nada que ver con los museos actuales, cuya aspiración reside, precisamente en la apertura hacia la comunidad y la vinculación con la misma en una dinámica interrelacionar de dar-recibir continuada y enriquecedora”.
Este análisis debe ser visto desde la actuación de un grupo de especialistas de diferentes instituciones (museólogos, investigadores, promotores etc.) y sobre todo de los decisores, especializados en la dinámica de la sociedad cubana actual.
No basta con la presencia física de los pobladores: es necesario e imprescindible su compromiso con la comunidad como elemento transformador. Esta voluntad facilita el aprovechamiento de las potencialidades de esa comunidad, se deriva entonces que hay que pensar y actuar en concordancia con estos tiempos, lo que constituye pensar en profundidad y siempre desde la ciencia, reclamo constructivo de la máxima Dirección del país.
Sabemos de alguna manera que en la cultura está gran parte de nuestros límites como sociedad y como conciencia de ella, la importancia del papel crítico ante la cultura, por ejemplo, develar prejuicios, liberar nuestro pensamiento, sabemos que la investigación cultural encuentra las ausencias de las “imprácticas” por la falta de investigadores, los desconocimientos de varios campos del hacer y saber, impedimentos enquistados, sin embargo también existen potencialidades que gravitan en este universo y muchas veces no consideramos.
Creemos que es necesario abordar la cuestión cultural local de manera más amplia y objetiva; a partir de que son pocos e insuficientes los estudios de consumo de los públicos, el desaprovechamiento de las todas las potencialidades para una efectiva promoción y divulgación del acontecer investigativo cultural.
En las instituciones culturales se manifiesta la ausencia y la urgencia de una integración de la ciencia y la cultura. Es necesario traer al centro de la discusión, preocupación y acción social a la cultura en Pinar del Río: hay un reto a la imaginación, que solo podemos enfrentar a partir de un auténtico reconocimiento de nuestra realidad. Recuperarnos es la tarea de retomar la decisión de vernos y pensarnos por nosotros mismos.
Urge aplicar en la práctica real las investigaciones, hacer ciencia, ampliar las publicaciones sobre la investigación en el sector que, si bien no pueden ser impresas por la situación económica del país, sí puede concebirse en formato digital y con mayor alcance dentro y fuera de fronteras, además de concentrar los conocimientos acopiados por los investigadores.