Artista e intelectuales pinareños rememoran sus vivencias con Eusebio Leal. Una hermosa anécdota, tomada del muro del destacado historiador pinareño, Jorge Freddy Ramírez Pérez.
En el 2012, aniversario 200 del natalicio del novelista y patriota cubano Cirilo Villaverde de la Paz, le pedimos a Eusebio que nos apoyara en celebrar este aniversario cerrado. Con asombro nos percatamos que ninguna institución o persona se habían proyectado a no dejar pasar por alto tan importante acontecimiento.
A nuestra solicitud, no titubeo ni un minuto, y se entregó febrilmente a la organización del aniversario, y llegó el día en que se haría una peregrinación a la tumba de Cirilo en el cementerio de Colón, y allí estábamos a la hora acordada.
Asombrosamente, éramos un exiguo número de personas, y sentí pena de que Eusebio hiciera las palabras conmemorativas, se lo comenté y me dijo, “…estamos los que teníamos que estar, los que creímos que era justo recordar a aquel hombre extraordinario”.
Recordé que no era la primera vez que me sucedía los mismo con Eusebio.
En una ocasión, le invité a que interviniera en la tertulia que realizaba en la pequeña plaza del museo de la comunidad de Las Terrazas, y para desdicha para mí, asistieron pocas personas. Le pedí disculpas y me respondió “…amigo Freddy no tengas pena, no hablo para multitudes, hablo para quienes tiene la sensibilidad hacía lo que abordaremos”.
Me conto una anécdota de cuando en los primero tiempos quiso dar una conferencia en el sitio donde estuvo la Universidad de San Gerónimo, y al llegar a la esquina de Obispo, donde debía impartirla no había nadie, solo una anciana sentada en un muro, y él le pregunto si era una de las invitadas, a lo que ella respondió “…no hijo estoy sentada aquí descansando…entonces Eusebio le dijo Ud. sabe dónde está sentada, no??? pues donde estuvo la Universidad de san Gerónimo…” y así dio la charla que tenía prepara con la sola asistencia de la anciana…
Aquel día de octubre de 2012, frente a la tumba de Cirilo Villaverde, Eusebio estuvo a la altura de su estatura intelectual, disertando de lo lindo sobre el escritor eterno. Su voz inconfundible, se extendió en el entorno del cementerio Colón.